¿Qué sabe de la Industria 4.0? Este término se utiliza para describir la cuarta gran revolución industrial, caracterizada por los nuevos métodos de producción utilizados en las fábricas. Para optimizar sus líneas de producción, estas "fábricas del futuro" se apoyan en la inteligencia artificial, la robótica, el Internet de las Cosas, la impresión 3D y la computación en la nube. Todas estas tecnologías evolucionan a la velocidad de la luz y su dominio es esencial para cualquier empresa que aspire a ser competitiva.
A pesar de sus sectores tecnológicos punteros, Francia sufre ahora la desindustrialización iniciada hace 40 años.
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Fábricas inteligentes: un gran reto para la reindustrialización
Aunque el desfase de la balanza comercial francesa no ha dejado de aumentar desde principios de la década de 2000, parece que la crisis de Covid, y más recientemente la guerra de Ucrania, han despertado de repente la conciencia de la necesidad de una reindustrialización. Las cifras hablan por sí solas: la producción de bienes representaba 23% del PIB francés en los años ochenta. Hoy sólo representa 13,5% según France Industrie.
Sectores franceses a la vanguardia de la tecnología 4.0
Varios sectores punteros contribuyen a la reputación internacional de Francia. Entre ellos figuran, por supuesto, la industria de artículos de lujo (de la que Francia es líder mundial), la industria automovilística (2ª de Europa), la industria aeroespacial (2ª exportadora mundial) y la industria farmacéutica. A escala europea, Francia es incluso el país que más inversores extranjeros atrae.
Sin embargo, si miramos más allá de estos buenos ejemplos de la industria francesa, hay que decir que la producción de bienes en la región no ha dejado de disminuir desde hace 40 años. Las empresas privadas han optado por una competitividad basada en los costes y no en el valor producido.
Si bien esta estrategia ha permitido a Francia avanzar hacia una economía de servicios, los últimos acontecimientos han puesto de manifiesto la necesidad de que el Estado disponga de recursos propios.
La pandemia y la guerra en Ucrania subrayan la necesidad crucial de reindustrializar el país
La crisis de Covid subraya una obviedad: un país que depende de otros es, por su propia naturaleza, un país frágil. Más recientemente, la guerra de Ucrania ha puesto la puntilla: mientras Rusia suministra cerca del 18% del gas mundial, la escalada de los precios de la energía penaliza a las empresas francesas, sobre todo en los sectores aeroespacial y agroalimentario.
Estos desafortunados sucesos han sido una llamada de atención, y esto es especialmente cierto en vísperas de las elecciones presidenciales. " Necesitamos reindustrializar el país" . Esta es la consigna de todos nuestros candidatos.
Pero la cuestión es la siguiente: la reindustrialización no va a producirse de la noche a la mañana. Y, sobre todo, no debemos pasar por alto uno de los factores clave del éxito de esta empresa: hacer más atractivos los empleos industriales.
Hacer de la formación de los empleados una prioridad absoluta para afrontar los retos de la Industria 4.0
La creciente complejidad de las tecnologías industriales va de la mano de unos requisitos cada vez más exigentes en cuanto al nivel de cualificación de los empleados. A pesar del número de vacantes en el sector industrial, las empresas tienen dificultades para contratar.
Escasez de personal cualificado en la región
Ya no es un secreto: en Francia, hay una falta flagrante de competencias. Según el Banco de Francia, casi 40% de los empresarios tienen dificultades para contratar.
¿El motivo? La falta de interés por la formación técnica en favor de las profesiones de servicios. Según Éric Trappier, CEO de Dassault Aviation, [...el sistema educativo tiene mucho que ver] : " El sistema educativo francés debe darse cuenta de que tiene el deber de orientar a los estudiantes hacia los cursos que más los necesitan. ".
Pero eso no es todo. Esta escasez de cualificaciones también está estrechamente relacionada con el hecho de que la industria se basa en tecnologías cada vez más avanzadas, que requieren conocimientos científicos y matemáticos avanzados.
Por ejemplo, entre las competencias más solicitadas se encuentran, como era de esperar, la inteligencia artificial, el desarrollo de software y la nube digital. Las competencias manufactureras más tradicionales (mecanizado, montaje, gestión de calidad, ingeniería de procesos, etc.) también sufren escasez de candidatos.
En consecuencia, urge replantearse por completo el sistema de formación. Hasta ahora, la transmisión de conocimientos se ha centrado en el saber hacer tradicional, en detrimento de las competencias vinculadas a las herramientas digitales.
¿Cómo pueden las fábricas seguir siendo competitivas en este contexto?
Gestión de competencias en respuesta a los retos de competitividad de la Industria 4.0
Mantener la competitividad de las plantas 4.0 depende en primer lugar de los empleados que trabajan en ellas. Por eso es es vital para aumentar el atractivo de los empleos industrialesEsto se conseguirá, en particular, reevaluando los salarios y permitiendo que los operadores reciban formación continua.
Internamente, el GPEC (gestión prospectiva de empleos y competencias) desempeña un papel esencial. ¿El reto? Que cada empresa sea capaz de cartografiar con precisión las competencias de que dispone, con el fin deprever las necesidades de formación y contratación. Los cambios en las tecnologías utilizadas en las fábricas exigen que los empleados sean polivalentes, sobre todo cuando se enfrentan a máquinas cada vez más sofisticadas.
Sin embargo, muchos agentes del sector tienen dificultades para gestionar eficazmente las distintas competencias de sus equipos. En la práctica, la gestión de las competencias suele realizarse mediante hojas de cálculo Excel, difíciles de actualizar. Se calcula que 80% de los operarios no disponen de ordenador. No es de extrañar que el aumento de la productividad sea un verdadero quebradero de cabeza para los directivos: la forma de gestionar los equipos es la misma desde los años 90.
Por tanto, la necesidad de digitalización es cada vez más acuciante para responder a las exigencias de la industria del mañana (Industria 4.0). Por un lado, las fábricas tienen interés en formar a sus empleados en las nuevas herramientas tecnológicas. Por otro, necesitanequiparse con soluciones modernas para aumentar la productividad. Sea como fuere, el secreto de la competitividad de las fábricas del futuro reside en una palabra: las personas.
En pocas palabras
En la era de la Industria 4.0, Francia necesita recuperar su patrimonio industrial si quiere conservar su soberanía. La reindustrialización no se producirá de la noche a la mañana y requiere un trabajo real para hacer más atractivos los empleos industriales. El sistema educativo nacional tiene un importante papel que desempeñar para poner de relieve las vías de formación que conducen a estos empleos. Las empresas tienen un papel igualmente importante que desempeñar en este proceso de reindustrialización. A ellas les corresponde aplicar estrategias para atraer talento y retenerlo. Se trata, en particular, de aumentar los salarios, gestionar mejor las competencias internas y garantizar la empleabilidad de los trabajadores mediante una formación continua.